Hay dos maneras de hablar inglés o dos clases de personas cuando estamos en el extranjero. Unos tratan de aprender a expresarse correctamente, aprender el ritmo correcto de las frases, adquirir vocabulario... Otros sólo pueden contentarse con chapurrear inglés, metiendo de cuando en cuando alguna palabra en español. Ambas formas son válidas y respetables, porque todo el mundo ha empezado chapurreando el inglés antes de tener un inglés fluido.
Lo importante, al fin y al cabo, es que vayamos progresando en nuestro proceso de aprendizaje, aunque al principio cometamos errores. En este artículo queremos enseñarte cuál es la diferencia entre chapurrear y hablar y cuáles son los beneficios y riesgos de cada una de las técnicas.
Ventajas y desventajas de chapurrear inglés
La técnica del chapurreo, que consiste en echarle todo mucha cara, no tiene que ser una forma de pasar por alto los detalles. El objetivo al final es cubrir nuestras lagunas, mejorar el acento, hablar inglés fluidamente... No vale que, como he conseguido hacerme entender, renuncio a expresarme con cuidado y a ir mejorando poco a poco.
Ahora bien, chapurrear inglés tiene algo muy bueno. Si vas a hacer algún curso de inglés en Inglaterra o algún otro país de habla inglesa, una de las primeras cosas que deberás hacer es "soltarte a hablar". Y es que somos nosotros mismos mientras hablamos. O quizás sobre-actuamos un poco. Pero lo importante es que estamos haciendo un esfuerzo porque nos salgan las palabras del cuerpo. Nos esforzamos en que nuestra conversación sea fluida, aunque metamos algunas palabras en español. Con el tiempo, alguien que chapurrea inglés puede aprender a fijarse en los detalles, porque ha conseguido eliminar el "factor vergüenza".
Ventajas y desventajas de hablar un inglés perfeccionista
Los que hablan inglés sin "chapurrear" e intentan decirlo todo de forma correcta puede que tengan un inglés menos fluido. Están constantemente indagando en su mente para ver si encuentran la palabra correcta, o no se conforman cuando han hecho el sonido que no era. Eso les hace dudar y que se pongan un poco más nerviosos, lo que al final resulta en que tengan un inglés menos fluido.
No obstante, hay un punto fuerte que tienen estas personas. Aunque les cuesta adquirir fluidez en la conversación, conocen bien la gramática y tienen una predisposición más amplia a aprender bien el acento y el ritmo de las frases, son perfeccionistas y no se contentan con "hablar inglés de cualquier manera". Practicando más la fluidez, esa actitud puede ayudarles a tener un inglés más puro.
Como decíamos al principio del artículo, hay varias clases de personas y todo cuadra al final con nuestro carácter. Unos son más lanzados y otros más comedidos. Pero ambos estilos son válidos siempre que cada uno aprenda a corregir sus errores; los primeros, a ser más cuidadosos con las palabras, y los otros, a adquirir un inglés más fluido.
¿Tú hablas o chapurreas inglés? :)
(Photo by Jgoge - Flickr)